Aunque ya hace tiempo que el 5G salió del laboratorio, su despliegue y penetración no ha hecho más que comenzar. Posiblemente ya conozcas las ventajas que trae pero ¿conoces también los inconvenientes que encontraremos en su inicio?
Han pasado más de 40 años desde que la telefonía móvil analógica aterrizara en España (1976). A lo largo de este tiempo hemos visto desfilar un sinfín de siglas que hacían referencia a tecnologías y que han sido sinónimo de evolución.
GSM (2G), GPRS (2.5G), UMTS (3G) y LTE (4G) han sido las distintas generaciones de telefonía móvil digital que han marcado en cierta forma el progreso del sector tecnológico en España.
Sin estas tecnologías nuestros smartphones no habrían sido más que bonitos dispositivos para hacer fotografías y poco más, ya que su gran ventaja ha sido su capacidad para mantenernos conectados a Internet de una forma fluida allá donde estemos.
Velocidad de vértigo
Y para definir esa fluidez de nuestra conexión nos fijamos principalmente en un parámetro: la velocidad de conexión.
Conforme ha avanzado la tecnología, la velocidad ha ido aumentando notablemente. Desde los 9.6 Kbps de la tecnología GSM hasta los más de 300 Mbps a los que tenemos acceso actualmente.
Pues este salto sigue confirmando que la evolución tecnológica se rige por parámetros exponenciales, porque la nueva tecnología 5G promete velocidades de descarga de hasta 20Gbps en el futuro.
Pero la velocidad no es el único parámetro importante. Hay otro que puede ser realmente revolucionario.
Ping y latencia
La velocidad de nuestra conexión representa el ancho de banda que tenemos. Explicado de una forma simple, cuanto más ancho de banda tengamos más datos caben en el canal. Haciendo una analogía, sería como una tubería de mayor diámetro.
Pero los datos deben de recorrer una distancia, y ahí es donde entra el concepto de latencia, que es el tiempo exacto que tarda en transmitirse la información de un punto a otro de la red.
Si nuestra velocidad es alta pero también lo es la latencia, podremos transmitir mucha información pero tardará tiempo en llegar a su destino, y si esperamos una respuesta de ese destino, tardará también un tiempo similar. Eso afecta claramente a la experiencia de uso cuando estamos conectados a Internet.
Pues bien, en este aspecto el salto también promete ser impresionante, ya que pasaríamos de latencias de 20 milisegundos a latencias de 2-3 milisegundos.
Listos para el real time
Con estas características podemos decir que el 5G nos permitirá tener una experiencia de uso similar al de la fibra óptica en nuestro móvil. Se abre un nuevo mundo de posibilidades y aplicaciones.
Una de las industrias más beneficiadas será la de los videojuegos, ya que el tiempo real nos permitirá participar en partidas multijugador desde el móvil como si estuviéramos conectados a una red fija.
Pero las aplicaciones van mucho más allá del entretenimiento, ya que el Internet de las Cosas (IoT) y la Industria 4.0 pueden aprovechar claramente esta ventaja para hacer realidad muchas de las interconexiones que no serían viables sin una baja latencia.
Pero ¿y los inconvenientes?
Como con cualquier otra nueva tecnología, el arranque del 5G no está exento de inconvenientes y, si debemos destacar uno, el más importante puede ser el de la cobertura.
El territorio a cubrir, al menos en España, es considerable. Para que la tecnología sea útil deberíamos disponer de cobertura 5G en ciudades, carreteras, campo, etc. Esto implica un nuevo despliegue de antenas compatibles con 5G.
Además, cuando una antena ofrece un mayor ancho de banda la cobertura disminuye, por lo que se requieren más antenas para cubrir lo que antes hacíamos con relativamente pocas y a la vez ofrecer esta inmensa velocidad de conexión.
Otro problema técnico a solventar es la saturación del espacio radioeléctrico. El medio aéreo está regulado según servicios y frecuencias asignadas y la verdad es que ahora mismo no es que existan muchas libres. Por eso los gobiernos ya han comenzado estudios para ver cuales se podrían liberar para este uso.
Por último, un inconveniente mucho más cercano a todos nosotros. Se trata del dispositivo, que también deberá ser compatible con la nueva tecnología. Una vez se comience a prestar el servicio 5G también empezaremos a ver nuevos dispositivos móviles que lo soportan, por lo que la renovación del terminal será también un punto obligatorio.
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