La tecnología evoluciona día a día, nuevos dispositivos surgen a nuestro alrededor cada vez a mayor ritmo… vivimos saturados de pantallas y a la vez de flujos de interacción basados en clics o taps.
Pero seamos honestos, esta sobreexposición a dispositivos no es agradable y sus interfaces de usuario un engorro… incluso cuando el número de microinteracciones se ha reducido al mínimo.
Idealmente, el usuario debería poder lograr su objetivo sin necesidad de realizar interacciones sobre una pantalla.
Como respuesta a ello ha llegado una revolución tanto de diseño industrial como tecnológica basada en una fusión entre minimalismo, diseño centrado en el usuario e inteligencia artificial: las soluciones de interfaz invisible o Zero UI.
Procesos no visibles e interfaces de usuario vía voz
La metáfora de interfaz invisible engloba desde procesos que se resuelven sin interacción por parte del usuario (ej. Pago contactless), dispositivos que mimetizan su pantalla y sensores en el entorno que le rodea y dispositivos sin pantalla, que nos permiten interactuar con la tecnología vía interfaces de usuario de voz (VUIs) para facilitarnos las tareas cotidianas, como escuchar nuestra playlist favorita, controlar la iluminación del hogar, encargar al super un pedido o reservar mesa en un nuestro restaurante favorito.
Los asistentes de habla virtuales han extendido sus dominios desde los smartphones –Siri en dispositivos Apple y Google Assistant en Android- para invadir los hogares en forma de altavoces inteligentes: Amazon Echo, uno de los pioneros, triunfa fuera de nuestras fronteras con su asistente virtual Alexa mientras Google Home (ya disponible en idioma castellano) y Apple HomePod luchan por no quedarse atrás.
Dos datos que prueban del éxito de estos interfaces invisibles:
- un estudio reciente de Google reveló que más de la mitad de los adolescentes (55%) ahora utilizan la búsqueda por voz a diario
- el mercado de tecnología de consumo de mayor crecimiento es precisamente el de los altavoces inteligentes: nueve millones de dispositivos vendidos en el primer trimestre del año frente a 2.9 millones del año anterior.
El concepto Zero UI aplicado a los televisores
Los interfaces invisibles han llegado a los televisores de la mano de los grandes fabricantes Samsung, LG y Sony.
El primero introduce en su atractiva serie Q la característica Ambient Mode. Esta tecnología, unida a la reducción de marcos y cables a su mínima expresión, permite al dispositivo reconocer lo que hay detrás de él para mimetizarse y disolver su presencia. Una atractiva innovación que –por fin- termina con la molesta pantalla negra para permitir una visión limpia de nuestro entorno.
Por su parte LG se suma a la tendencia apoyándose en el asistente virtual por voz Google Assistant, lo que habilita a que el televisor sea controlado por la voz mediante procesamiento de lenguaje natural.
La denominan ThinQ IA, y podemos encontrarla no solo en televisores OLED y Super UHD de 2018, sino también en muchos electrodomésticos y dispositivos móviles de esta marca. Gracias a ThinQ IA el usuario puede encender y apagar la tele con la voz, cambiar el volumen o canal, encender periféricos como una barra de sonido o home cinema, buscar información ampliada sobre el programa en curso –como el nombre del actor que aparece- o pedir información sobre el clima en tu ubicación.
Nest E: la evolución de la tecnología doméstica hacia la invisibilidad
El diseño del revolucionario termostato Nest también se suma a la tendencia. A finales del año pasado la empresa liberó la versión Nest E que, con un aspecto cerámico, se camufla sobre la pared (siempre que esta sea blanca). Su pantalla tradicional ha sido sometida por una pieza de elegante plástico blanco. Y su interfaz gráfica, en palabras de Sung Bai, jefe de diseño industrial de Nest, se percibe como una acuarela.
Como apuntábamos al principio, las soluciones de interfaz invisible no solo se encuentran en dispositivos físicos, sino que cada vez están siendo más aplicadas en el lado del software. Un ejemplo de esto es Google NoCAPTCHA, los nuevos captcha invisibles de Google, que logran verificar si el usuario es humano sin que el usuario tenga que interactuar con una IU (de hecho el usuario ni siquiera sabe que el CAPTCHA está ahí). Se logra así una experiencia mejorada para el usuario de gran valor en sitios comerciales, ya que reduce el número de pasos necesarios para enviar un formulario.
Son muchos los casos en los que el uso de la inteligencia artificial y algoritmos avanzados está logrando que procesos que antaño requerían de nuestra interacción sobre una pantalla ahora se resuelvan de forma invisible, aportando a la experiencia de uso mayor velocidad, fluidez y satisfacción.
Las personas ya no quieren acumular dispositivos con pantallas a su alrededor, sino que esperan poder relacionarse con ellos de una manera más natural; por eso, a diferencia de las tendencias visuales, que rápidamente pasan de moda, la IU invisible ha llegado para quedarse.
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